Más cantidad de frutas y verduras
Si bien hay muchas razones para adoptar platos sin carne como la preocupación por el bienestar animal o los beneficios que suponen para la salud, la sostenibilidad también es un gran motivador.
La ternera y el cordero son algunos de los alimentos con mayor impacto ambiental, mientras que frutas como las manzanas, las naranjas o los tomates y verduras como los guisantes o el maíz son algunos de los productos que conllevan menor gas de efecto invernadero. Se calcula que la producción de alimentos está detrás de un cuarto de las emisiones de gases de efecto invernadero que lanzamos a la atmósfera cada año. Un gesto tan simple como promover opciones con más fruta y verdura tiene, sin duda, un mayor impacto a la hora de crear un menú sostenible.
La cubertería, reutilizable
Anualmente, se producen una media de 400 millones de toneladas de plástico y se estima que, si las tendencias no cambian, la cifra alcanzará los 1.100 millones en 2050.
Utilizar mantelería y vajilla no sólo mejora la puesta en escena, sino que a su vez reduce el impacto medioambiental.
Además, la gestión de residuos orgánicos a través del compostaje es una forma efectiva de cerrar el ciclo de vida de los alimentos. Al convertir los residuos orgánicos en compost, se puede utilizar para fertilizar suelos y mejorar la calidad del mismo. Esto no sólo reduce la cantidad de residuos enviados a vertederos, sino que también contribuye a la producción de nutrientes naturales para la tierra.
La educación y concienciación son clave en este aspecto. Informar a los clientes, participantes y personal sobre la importancia de la separación de residuos y cómo sus acciones contribuyen a la sostenibilidad puede generar un impacto significativo.
Sin embargo, no debemos olvidar que reciclar debe ser siempre la segunda opción. No generar residuos o reutilizarlos (en el caso del vidrio, por ejemplo) siempre resultará más sostenible que someter los materiales a un proceso de reciclado.
Productos de proximidad y temporada
Apostar por productos de proximidad evita que los alimentos tengan que recorrer largas distancias hasta llegar a nuestros platos, a la vez que dinamizan el comercio local.
Consumir productos frescos y de temporada también evita que tengan que mantenerse en cámaras refrigeradas durante largos periodos de tiempo. De esta manera, disponemos de productos más sabrosos y saludables.
Cocina de
aprovechamiento
Un catering que apuesta por la cocina de aprovechamiento es, sin duda, un catering que busca la sostenibilidad. Este tipo de cocina se basa en la premisa de aprovechar al máximo todos los alimentos, incluso el sobrante, para crear nuevos platos y recetas.
Volver a la cocina que hacían nuestras abuelos y abuelas, en la que no se tiraba nada.
Iluminación y decoración sostenible
Los elementos que dan forma a un menú y a un catering sostenible no se limitan a los alimentos y la cubertería.
Implementar sistemas de iluminación y decorados sostenibles, así como utilizar recintos en entornos naturales, también suman a la hora de crear un evento más responsable con nuestro entorno y nuestro planeta.
Los resultados son siempre positivos: cada vez más personas valoran los eventos en los que cuidar nuestro planeta no es una opción, sino una prioridad.
No se tira nada
Se calcula que el 17% del total de comida producida en todo el mundo se tira a la basura. Una de las grandes ventajas de la cocina de aprovechamiento es reducir este desperdicio de alimentos. Un problema que tiene un gran impacto social, económico y medioambiental.
Aprovechar los alimentos para crear nuevos platos no es la única solución a este problema. Donarlos a ONG y otras entidades sociales puede hacer un evento más sostenible a nivel medioambiental y, sobre todo, social.
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